El llamado "Altar de Monforte" causó un litigio diplomático entre España y Alemania a principios del siglo XX, justo antes de que explotara la I Guerra Mundial. La obra, también llamada "La adoración de los Reyes", fue pintada por Hugo Van der Goes hacia 1470. Hacía varios siglos que permanecía practicamente olvidada en el Monasterio de Monforte de Lemos, que aunque atesoraba numerosas obras artísticas, estaba en estado ruinoso y necesitaba reformas urgentes. El edificio pertencía a la Orden de los Esolapios y dependía del Duque de Alba, también Duque de Lemos, el cual, tras negarse a pagar las reformas autorizó la venta de la obra.
Los escolapios intentaron en un primer momento vender la obra al Museo del Prado. El Estado Español se negó a su compra y fue entonces cuando el "Kaiser Friedrich Museum" de Berlín se interesó por el cuadro ofreciendo el doble del valor que la orden habían estipulado en un principio. Cuando saltó a los medios la noticia de la venta de la obra, causó un importante revuelo popular, hasta el punto de convertirse en asunto de estado. La obra llegó a estar embargada y el propio Duque de Alba tuvo que declarar en el Congreso. Después del cambio de gobierno en 1913 y la llegada de Romanones a la Presidencia, el cuadro embarcó finalmente a la pinacoteca alemana.
Este altercado puso en evidencia el interés del Estado español por las obras de arte y forzó la creación de leyes que avitaran la venta al extranjero de importantes obras de arte. Gracias a que periódicos como La Vanguardia tienen hoy en día toda su hemeroteca online y de forma gratuita, podemos leer lo que en su día se publicó al respecto, como este artículo publicado el 30 de julio de 1910.
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