Los escolapios intentaron en un primer momento vender la obra al Museo del Prado. El Estado Español se negó a su compra y fue entonces cuando el "Kaiser Friedrich Museum" de Berlín se interesó por el cuadro ofreciendo el doble del valor que la orden habían estipulado en un principio. Cuando saltó a los medios la noticia de la venta de la obra, causó un importante revuelo popular, hasta el punto de convertirse en asunto de estado. La obra llegó a estar embargada y el propio Duque de Alba tuvo que declarar en el Congreso. Después del cambio de gobierno en 1913 y la llegada de Romanones a la Presidencia, el cuadro embarcó finalmente a la pinacoteca alemana.
Este altercado puso en evidencia el interés del Estado español por las obras de arte y forzó la creación de leyes que avitaran la venta al extranjero de importantes obras de arte. Gracias a que periódicos como La Vanguardia tienen hoy en día toda su hemeroteca online y de forma gratuita, podemos leer lo que en su día se publicó al respecto, como este artículo publicado el 30 de julio de 1910.